
El «Mobbing» es considerado uno de los problemas laborales de nuestro tiempo.
Leymann, H. (1990)
«Mobbing» significa acosar, ofender, o excluir socialmente a alguien o afectar negativamente las tareas laborales de alguien.
El acoso laboral es un fenómeno del que nadie puede estar a salvo.
Puede aparecer en cualquier nivel jerárquico y afectar tanto a hombres como mujeres.
El agresor tiene más recursos al tener más apoyo (mobbing) o una posición superior (bossing) a la del trabajador acosado.
El acoso es siempre una situación provocada, intencional y premeditada.
El «Mobbing» ataca a los derechos de la personalidad más esenciales, la propia salud, la integridad moral, la dignidad, la intimidad, el honor y el derecho al trabajo.
El agresor adquiere y exhibe conductas que tratan deliberadamente y de forma constante destruir a su víctima.
El «Mobbing» tiene como objetivo intimidar, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima para satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar, destruir. El agresor aprovecha toda oportunidad para canalizar una serie de impulsos y tendencias psicopáticas.
Algunas conductas concretas de mobbing clasificadas por factores (Zapf et al., 1996):
- Ataques a la víctima con medidas organizacionales: el superior restringe a la persona las posibilidades de hablar, cambiar la ubicación de una persona separándola de sus compañeros, prohibir a los compañeros que hablen a una persona determinada, obligar a alguien a ejecutar tareas en contra de su conciencia, juzgar el desempeño de una persona de manera ofensiva, cuestionar las decisiones de una persona, no asignar tareas o asignar tareas degradantes, sin sentido o poco útiles.
- Ataques a las relaciones sociales de la víctima con aislamiento social: prohibir o restringir a los compañeros la posibilidad de hablar con una persona, rehusar la comunicación con una persona a través de gestos o miradas o de no comunicarse directamente con ella, tratar a una persona como si no existiera, ignorarla.
- Violencia física: ofertas sexuales, violencia sexual, amenazas de violencia física, uso de violencia menor, maltrato físico.
- Ataques a las actitudes de la víctima: ataques a las actitudes y creencias políticas, actitudes o creencias religiosas, mofarse de la nacionalidad de la víctima.
- Agresiones verbales: gritar o insultar, críticas permanentes del trabajo de la persona, amenazas verbales.
- Rumores: hablar mal de una persona por la espalda, difusión de rumores.
Estos comportamientos dañan por ser repetitivos, tener continuidad y cierta frecuencia y no sólo por ser violencia psicológica. Por tanto, el objetivo de la conducta de acoso es dañar psicológicamente al trabajador y alejarle de su puesto de trabajo y también de la organización.
CONSECUENCIAS EN LA VICTIMA DE «MOBBING»
Lento deterioro de la confianza en sí misma y en sus capacidades, culpabilidad (la propia familia puede llegar a cuestionar su comportamiento) distorsiones cognitivas, insomnio, ansiedad, estrés, angustia, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios de personalidad, depresión, inseguridad emocional, torpeza, indecisión, conflicto con otras personas, comportamientos sustitutivos como drogodependencia u otro tipo de adicciones, hipersensibilidad a la crítica, pérdida de ilusión, actitudes negativas, conductas de aislamiento, evitación, retraimiento, sentimientos de ira y rencor, deseos de venganza contra el/los agresor/es.
El desenlace del «Mobbing» suele darse con la salida de la víctima de manera voluntaria o forzada del lugar de trabajo.
EL PERFIL DEL AGRESOR
El agresor tiene capacidad de convencimiento, comportamientos sexuales inadecuados, envidia por los éxitos y los méritos de los demás, falsa apariencia de seguridad, controlador y vengativo, siente placer al ver a otro sufrir, carece de remordimientos, tiene necesidad de control, incapacidad de autocrítica, miedo a perder determinados privilegios, tiene una idea grandiosa de su propia importancia, fantasías ilimitadas de éxito y de poder, se considera especial y único, tienen una necesidad excesiva de ser admirado, piensa que se le debe todo, explotador en sus relaciones interpersonales y laborales, carece de empatía (puede fingir que entiende los sentimientos de los demás) tiene actitudes y comportamientos arrogantes, mediocridad, personalidad patológica, rasgos narcisistas, paranoides, antisociales, etc.
En toda organización hay algún sistema jerárquico, personas que deciden lo que hay que hacer, otras que se encargan de ejecutar esas decisiones y otras que se encargan de supervisarlas.
El ejercicio del poder es inherente a la estructura organizacional.
Independientemente del tamaño de la organización, es un hecho que siempre habrá alguien que busque obtener el poder y demostrar que lo tiene.
En una organización saludable, el ejercicio del poder no debe traspasar la frontera del respeto a la dignidad, a la integridad física, psíquica y social a la que todo trabajador tiene derecho como persona.
Bibliografía
Birkland Nielsen, M., Einarsen, S. (2018) What we know, what we do not know, and what we should and could have known about workplace bullying: An overview of the literature and agenda for future research. Aggression and Violent Behavior, vol. 42, 71–83.
Leymann, H. (1990) Mobbing and Psychological Terror at Workplaces, Violence and Victims, vol. 5
Zapf, D., Knorz., C. Kulla, M. (1996). On the Relationship between Mobbing factors, and Job Content, Social Work Environment, and Health Outcomes European Journal of Work and Organizational Psychology, 1996, 5 (2).