El autosabotaje ocurre cuando nos destruimos física, mental y emocionalmente. Deliberadamente obstaculizamos nuestro propio éxito y bienestar al socavar nuestras metas y valores personales.

Cuando te embarcas en un autosabotaje, creas un conflicto interno, por un lado, dices que quieres descubrir y vivir tu propósito, por otro lado, haces cosas que te impiden hacerlo.
El autosabotaje, también conocido como desregulación del comportamiento, puede ser consciente o inconsciente. Estos patrones suelen estar impulsados por miedos profundamente arraigados, como el miedo al fracaso o al éxito, o creencias, como la duda sobre uno mismo o la baja autoestima, impulsividad o una mala regulación emocional, etc. (Copley, 2023).
El autosabotaje consciente, es cuando eres consciente, del hecho, de que lo que estás haciendo, está socavando una de tus metas o valores.
El autosabotaje inconsciente, ocurre cuando haces algo que socava una meta o un valor, pero no te das cuenta hasta después del hecho.
Otra dimensión del autosabotaje es la disonancia cognitiva, es un desequilibrio interno o la incomodidad experimentada cuando las palabras o acciones no se alinean con creencias y valores (Harmon-Jones, 2019).
Parece poco probable que alguien se sabotee intencionalmente a sí mismo, sin embargo sucede muy a menudo, las consecuencias pueden ser cáusticas.
El autosabotaje está en estrecha relación con el perfeccionismo, la excusa perfecta para no iniciar, avanzar o terminar cualquier proyecto.
El autosabotaje crónico agota el impulso y la motivación, provocando tristeza, ansiedad y una autoestima deteriorada.
Personas de todos los ámbitos de la vida se sabotean dejando que los pensamientos negativos se salgan de control.
El autosabotaje tiene sus raíces en una mentalidad contraproducente que incluye negatividad, desorganización, indecisión y conversación negativa con uno mismo.
El perfeccionismo y el síndrome del impostor (trastorno psicológico en el cual las personas son incapaces de asimilar sus logros) son formas insidiosas y omnipresentes de autosabotaje o distracciones sin sentido que prohíben el logro de metas (Bravata et al., 2020).
Además de una mentalidad contraproducente, el autosabotaje puede involucrar a la persona que lo sufre en comportamientos autodestructivos (comer en exceso, beber en exceso o abusar de drogas, pornografía, fumar, jugar, autolesionarse y consumir productos, etc.).
El autosabotaje provoca ciclos de negatividad que incluyen, la dilación, la impuntualidad crónica, rendirse cuando las cosas se ponen difíciles y sobre todo falta de asertividad.
Los temores racionales son esenciales para la seguridad y la perpetuación, sin embargo, cuando los miedos se desequilibran, te detienen del progreso (temor al compromiso, a lo desconocido, al cambio, al fracaso y la pérdida del control).
Puedes autosabotearte de varias formas, algunas son obvias de reconocer, como por ejemplo, culpar a los demás cuando las cosas van mal.
Superar desafíos y problemas te ayuda a crecer, esforzarte, sobreponerte a la adversidad y sobre todo a tomar decisiones diferentes en el futuro.
La procrastinación (hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo o pereza a afrontarlas) puede ocurrir sin razón aparente.
La procrastinación puede ser un impedimento para el éxito y puede influir en el estado de ánimo y aumentar la ansiedad, la depresión y la baja autoestima (Ferrari, 1991; Duru y Balkis, 2017).
Una persona con procrastinación es propensa a un bajo rendimiento, con calificaciones más bajas en los exámenes, promociones laborales más lentas y peor salud (Sirois, 2004; Legood et al., 2018; Bolden y Fillauer, 2020).
La disponibilidad de tecnologías de la información y las comunicaciones amplifica la procrastinación crónica, como el uso problemático de las redes sociales, las adicción a los teléfonos inteligentes y la intrusión del hábito de revisar el móvil (Ferrari et al., 2007; Przepiorka et al., 2021; Aalbers et al., 2022).
La procrastinación es frecuente y estable en todas las situaciones, y suele ser perjudicial para el rendimiento y el bienestar general de la persona. Se utilizan varios tipos de intervenciones, como la gestión del tiempo, la autogestión y la terapia cognitivo-conductual.
Ya sea que te critiques a ti mismo frente a los demás o tengas el hábito de hablar contigo mismo de forma negativa, estás promoviendo una actitud de autoderrota.
El autosabotaje es el enemigo número uno de todos tus sueños, te mantiene encerrado en una zona de confort engañosa que no te permite crecer nunca.
Mereces ser feliz y lograr tus objetivos, descubrir qué es lo que realmente deseas. Piensa menos y actúa más, un poco de impulsividad positiva hará que dejes de lado la indecisión.
Se honesto contigo mismo y hazte cargo de tus decisiones, asume la responsabilidad de tu vida y centra tus esfuerzos en aquellas cosas que puedes controlar, sin importar qué tan pequeñas sean.
Referencias bibliográficas
Aalbers, G., vanden Abeele, M. M., Hendrickson, A. T., de Marez, L., Keijsers, L. (2022). Caught in the moment: are there person-specific associations between momentary procrastination and passively measured smartphone use? Mobile Media Commun. 10, 115–135. 10.1177/2050157921993896
Bravata, D. M., Watts, S. A., Keefer, A. L et al. (2020). Prevalence, Predictors, and Treatment of Impostor Syndrome: a Systematic Review. J Gen Intern Med. 2020; 35(4): 1252-1275.
Bolden, J., Fillauer, J. P. (2020). “Tomorrow is the busiest day of the week”: executive functions mediate the relation between procrastination and attention problems. J. Am.College Health. 68, 854–863. 10.1080/07448481.2019.1626399
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Sirois, F. M. (2004). Procrastination and intentions to perform health behaviors: the role of self-efficacy and the consideration of future consequences. Personal. Indiv. Differ. 37, 115–128. 10.1016/j.paid.2003.08.005